Por : Freddy Lepage
Mientras el presupuesto de gastos de la Presidencia de la República aumentó 638%, se le rebajan los recursos a 24 ministerios, dizque para mantener la política de austeridad (?) seguida por el Ejecutivo nacional. Así marchan las cosas en la Venezuela revolucionaria. De contradicción en contradicción, el país va -en caída libre- por el despeñadero; mientras tanto, el caudillo único sigue impertérrito su lucha épica en contra del imperialismo para reivindicar a los "condenados de la tierra", de Franz Fanon.
El desprecio, la falta de sensibilidad social y la corrupción de los altos personeros del régimen impiden la resolución de los problemas.
El efecto bumeran de las políticas destructivas, llevadas a cabo de manera inclemente durante estos 11 años de (des) gobierno, caen, cual maldición gitana, sobre las espaldas de sus promotores.
Los efectos perversos recién comienzan a sentirse. No solamente por la recesión económica que, golpea -como siempre- a los más necesitados, sino también, en materia de servicios públicos.
Ahora resulta que los consumidores son los culpables de la falta de agua y de los problemas eléctricos. Cuando la realidad es que desde que Chávez está en el poder son muy pocas o nulas las inversiones para incrementar la capacidad de generación y transmisión de energía eléctrica y suministro de agua potable. Recordemos que, en el pasado reciente, Venezuela le suministró fluido eléctrico a Brasil y Colombia, sin mayores problemas. Ahora, ¡Oh, sorpresa¡ no hay electricidad para cubrir la demanda nacional.
Claro, Chávez para evadir su responsabilidad siempre busca un chivo expiatorio.
En este caso, los centros comerciales "de los ricos" son el origen de esta calamidad nacional. Y con respecto al agua, ni hablar. Amen de los efectos derivados de los fenómenos climáticos, de forma similar caen en la misma categoría aquellos apátridas que pretenden bañarse con regaderas, en lugar de las totumas que utilizaba el teniente coronel devenido en Presidente, en su natal Sabaneta. Cuando la verdad verdadera es que la gente de las barriadas pobres tienen muchos años haciendo lo propio con tobos de plástico porque el preciado líquido llega con irregularidad. Vistas las cosas así, los racionamientos forzados se convertirán en el pan de cada día. Ya Hidrocapital, otras operadoras del interior y Corpoelec han anunciado las paradas programadas de ambos servicios. Es tanto el afán de Chávez de ahogarnos en el mar de la felicidad, que casi estamos a la par de la isla caribeña, donde los apagones y las vacaciones forzadas son parte de los planes de ahorro de energía, previstos en las "medidas excepcionales" dictadas por los hermanos Castro. Ahora bien, cómo no vamos a estar como estamos, cuando el dinero que necesitamos para cubrir esta crisis va a parar a los bolsillos de Evo Morales, Daniel Ortega y Raúl Castro. Hace poco, Chávez se ufanaba de haber enviado 80 millones de dólares para la instalación de una planta termoeléctrica en Cochabamba, Bolivia, y 16 plantas generadoras, fueron "donadas" a Nicaragua en diciembre de 2006. El que regala lo que tiene, a pedir se queda, reza el refrán popular. Entonces, no hay que buscarle las cinco patas al gato.
La improvisación y la estulticia gubernamentales han llegado a límites intolerables. De esta Chávez no se salva. Irremediablemente saldrá chamuscado, con su credibilidad comprometida... el pueblo se cansa de tanta burla y bla, bla, bla... Pura demagogia, pues. Se acerca la hora del pase de factura.
Freddy Lepage
Fuente : Opinión y Noticias
Mientras el presupuesto de gastos de la Presidencia de la República aumentó 638%, se le rebajan los recursos a 24 ministerios, dizque para mantener la política de austeridad (?) seguida por el Ejecutivo nacional. Así marchan las cosas en la Venezuela revolucionaria. De contradicción en contradicción, el país va -en caída libre- por el despeñadero; mientras tanto, el caudillo único sigue impertérrito su lucha épica en contra del imperialismo para reivindicar a los "condenados de la tierra", de Franz Fanon.
El desprecio, la falta de sensibilidad social y la corrupción de los altos personeros del régimen impiden la resolución de los problemas.
El efecto bumeran de las políticas destructivas, llevadas a cabo de manera inclemente durante estos 11 años de (des) gobierno, caen, cual maldición gitana, sobre las espaldas de sus promotores.
Los efectos perversos recién comienzan a sentirse. No solamente por la recesión económica que, golpea -como siempre- a los más necesitados, sino también, en materia de servicios públicos.
Ahora resulta que los consumidores son los culpables de la falta de agua y de los problemas eléctricos. Cuando la realidad es que desde que Chávez está en el poder son muy pocas o nulas las inversiones para incrementar la capacidad de generación y transmisión de energía eléctrica y suministro de agua potable. Recordemos que, en el pasado reciente, Venezuela le suministró fluido eléctrico a Brasil y Colombia, sin mayores problemas. Ahora, ¡Oh, sorpresa¡ no hay electricidad para cubrir la demanda nacional.
Claro, Chávez para evadir su responsabilidad siempre busca un chivo expiatorio.
En este caso, los centros comerciales "de los ricos" son el origen de esta calamidad nacional. Y con respecto al agua, ni hablar. Amen de los efectos derivados de los fenómenos climáticos, de forma similar caen en la misma categoría aquellos apátridas que pretenden bañarse con regaderas, en lugar de las totumas que utilizaba el teniente coronel devenido en Presidente, en su natal Sabaneta. Cuando la verdad verdadera es que la gente de las barriadas pobres tienen muchos años haciendo lo propio con tobos de plástico porque el preciado líquido llega con irregularidad. Vistas las cosas así, los racionamientos forzados se convertirán en el pan de cada día. Ya Hidrocapital, otras operadoras del interior y Corpoelec han anunciado las paradas programadas de ambos servicios. Es tanto el afán de Chávez de ahogarnos en el mar de la felicidad, que casi estamos a la par de la isla caribeña, donde los apagones y las vacaciones forzadas son parte de los planes de ahorro de energía, previstos en las "medidas excepcionales" dictadas por los hermanos Castro. Ahora bien, cómo no vamos a estar como estamos, cuando el dinero que necesitamos para cubrir esta crisis va a parar a los bolsillos de Evo Morales, Daniel Ortega y Raúl Castro. Hace poco, Chávez se ufanaba de haber enviado 80 millones de dólares para la instalación de una planta termoeléctrica en Cochabamba, Bolivia, y 16 plantas generadoras, fueron "donadas" a Nicaragua en diciembre de 2006. El que regala lo que tiene, a pedir se queda, reza el refrán popular. Entonces, no hay que buscarle las cinco patas al gato.
La improvisación y la estulticia gubernamentales han llegado a límites intolerables. De esta Chávez no se salva. Irremediablemente saldrá chamuscado, con su credibilidad comprometida... el pueblo se cansa de tanta burla y bla, bla, bla... Pura demagogia, pues. Se acerca la hora del pase de factura.
Freddy Lepage
Fuente : Opinión y Noticias
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